viernes, 16 de febrero de 2018

Eres tú el príncipe azul que yo soñé...


Mucha película Disney, y mucho romanticismo, pero siento deciros que el tema no funciona así. Aunque eso implique tocar con los pies en la tierra y eliminar de un plumazo todas las aventuras románticas y apasionadas de los príncipes azules y sus amadas princesas de cuando éramos pequeños, sabemos que el hecho de enamorarnos no es más que una consecución de procesos químicos que se desarrolla en nuestro cerebro por culpa de unas hormonas que actúan como neurotransmisores, llamadas  endorfinas (en concreto la norepinefrina, la dopamina y la feniletilamina). Así, el proceso del enamoramiento es el siguiente: 



1.- Para empezar, el susodicho en cuestión nos parece atractivo en concordancia con los cánones de belleza que nosotros mismos nos hemos creado y "es" lo que nos gusta. Pues bien, desmontando el mito del amor romántico, en este momento, nuestro cuerpecito (y según la teoría de la evolución de Darwin), lo único que está haciendo es responder de forma positiva a aquel que evolutivamente nos dará más oportunidades de procreación, que es al fin y al cabo el fin último de la unión hombre - mujer.


"Amor es lo que te hace sonreír cuando estás cansado" (Terri, 4 años).




2.- En este punto ya vamos chutados de endorfinas hasta las cejas, hasta el punto de atribuirle a la pareja "cualidades extraordinarias" de las que muy probablemente (no seguro) carece, o que simplemente no son tan extraordinarias. Esto según la evolución nos confirma que hemos escogido de forma adecuada, y ya de paso, que estamos locamente enamorados de esa persona.


3.- La tercera y cuarta fase son las correspondientes a la creación del vínculo emocional y sexual, donde nos descubrimos los unos a los otros y donde todo es nuevo, bonito y fascinante. Aquí se produce una importante segregación de feniletilamina, sobre todo durante la práctica de actividades sexuales (la cual se genera también con la ingesta de chocolate, de ahí que se considere un sustituto parcial del sexo), que no hace más que aumentar el convencimiento de que ese amor existe y de que es para siempre.






"Cuando a mi abuelita le dio artritis, ella no podía agacharse a pintarse las uñas de los pies, entonces mi abuelito se las pinta siempre, aunque él también tiene artritis en las manos. Eso es amor." (Rebecca, 8 años).



Y ahora que seguro que he desmotivado a todos los románticos empedernidos, voy a volveros a motivar. Para empezar deciros que yo me considero una de vuestro club, y una enamorada de la idea del amor. El hecho de que este sea (muy a grandes rasgos) el proceso del amor, no quiere decir que ese amor no exista, que esos sentimientos no sean ciertos y que esa persona no sea la que realmente te va a hacer feliz por el resto de tu vida. Todo esto solo quiere decir que los sentimientos se producen en el cerebro y no en el corazón. Que el cerebro, a parte de ser el órgano racional por excelencia, también es el órgano más visceral que tenemos, donde se genera todo lo que hacemos, pensamos y sentimos, de una forma muy real.



Sino que se lo digan al chico de este vídeo. El amor existe, es real y maravilloso. Y bajo mi punto de vista así debería ser. Valiente, tenaz, capaz, inteligente y arriesgado. Pero a la vez dulce, apasionado, inocente y espontáneo. Debe ser capaz de llevarte a hacer grandes locuras, de intentar lo inimaginable y de sorprenderte día a día, a la vez que sosegarte y calmarte, dándote una paz y una tranquilidad propias de un hogar. Puede que sea una empresa muy ambiciosa, pero cuando se ha conseguido y sabes que es posible y cierto, es imposible apuntar más abajo.




"Amor es cuando mi mamá le hace café a mi papá pero antes se toma un sorbo ella para asegurarse de que está rico." (Danny, 7 años).


Espero que disfrutéis del vídeo y del amor!!


https://www.youtube.com/watch?v=ecEIfR9uwro






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