viernes, 2 de marzo de 2018

El Psicólogo forense... ¿Qué es y cuáles son sus funciones?

En repetidas ocasiones, tanto familiares, como amigos, e incluso personas que me llamaban para encargarme una evaluación psicológica forense, me han sorprendido preguntándome cosas del estilo: "Pero ¿qué haces exactamente?", "Realmente, ¿A qué te dedicas? o incluso de forma más clara "¿Qué es esto de la psicología jurídica?". Son todas estas preguntas, las que me han hecho ver la necesidad de escribir un artículo que dé respuesta a todas ellas.

Definida del modo más amplio posible, sabéis que la psicología es la disciplina que estudia la conducta humana y los procesos mentales relacionados.
No obstante, dentro de esa disciplina existen distintas ramas.


Una de ellas es la psicología forense, cuyo término proviene del latín forum, que significa plaza o espacio público en el cuál, durante la época romana, se celebraban los juicios públicos. Siendo así, no es de extrañar que esta rama de la psicología sea la que estudia e interviene en los procesos judiciales con el fin de aportar datos y conocimientos que ayuden a resolver los conflictos en curso.

Y evidentemente, el psicólogo forense es el profesional encargado de los menesteres de esta rama de la psicología. Y aquí empieza el motivo real de este artículo... ¿A qué se dedica un psicólogo forense? ¿Cuáles son sus funciones dentro de la psicología?

Para empezar creo que es importante dejar claro que cuando hablamos de un psicólogo jurídico o un psicólogo forense lo estamos haciendo de términos que se usan de forma indistinta. Ambos se refieren al profesional especializado en realizar todas las funciones siguientes:

1.- Evaluación y diagnóstico en el ámbito jurídico.

Una de las diferencias entre la psicología jurídica y la clínica radica en que, en la primera, jamás debe presuponerse veracidad. Hay que ponerlo todo en tela de juicio. Para ello, el profesional de la psicología jurídica utiliza distintos métodos (entrevistas clínico - forense, pruebas psicométricas, observaciones a / sistemáticas...), puestos en práctica en distintas sesiones, evaluando distintas áreas y múltiples fuentes.

Este protocolo de evaluación garantiza una objetividad óptima y necesaria dentro del ámbito de la psicología jurídica. Posteriormente se realiza una integración de todos los resultados obtenidos para formular las conclusiones, y en su caso diagnóstico, que servirán de guía a jueces, fiscales y abogados en el proceso judicial. Por este motivo es de vital importancia el dominio de la psicología clínica dentro del ámbito de la forense.

2.- Elaboración de informes periciales y ratificación en sala.


Así como en el entorno de la psicología clínica no suele ser común realizar un informe por escrito, siempre suele ser de este modo en el ámbito jurídico. Una vez realizada la evaluación, integrada la información y llegado a las conclusiones, es imperativo realizar un informe en el cuál quede constancia de toda esa información.

Dicho informe será el que se aportará al juzgado correspondiente para que las partes implicadas puedan tenerlo en cuenta y tomar así las decisiones oportunas. No obstante, si se considera necesario por la parte, fiscalía o Su Señoría, el psicólogo perito deberá acudir al juzgado para contestar a todas las preguntas que se le formulen sobre la evaluación realizada, sus conclusiones, su opinión y por ende, sobre el informe que obra en autos.

3.- Asesoramiento.

Tanto a los letrados en cuestiones sobre cómo abordar un caso, un posible interrogatorio, sobre la necesidad de una evaluación pericial o la contrapartida en otro caso; como al Juez informando y sugiriendo posibles tratamientos a personas condenadas a pena de privación de libertad, así como sugerir la mejor forma de guarda y custodia o sobre las implicaciones y posibles dificultades psicológicas de la situación en curso y su sentencia.

4.- Intervención.

Diseñando e implementando programas para el tratamiento, rehabilitación e integración de actores jurídicos, tanto dentro del centro penitenciario como una vez reinsertados en la comunidad.

5.- Campañas de prevención.

Se trata de preparar campañas de información social y de programas de prevención tanto para la población general como de riesgo, llevando a cabo tareas como la divulgación de información para una mayor seguridad, la elaboración de talleres de concienciación y prevención, y la prevención primaria.

6.- Mediación.

Interviniendo en conflictos jurídicos de forma distinta a las mencionadas anteriormente. En este caso los protagonistas son las partes implicadas, ante las cuales se intentan buscar soluciones, donde el psicólogo jurídico adquiere el rol de mediador, para encontrar alguna alternativa a la vía legal que repare, palíe y prevenga el daño emocional y social de esas partes.

7.- Victimología.

Desgraciadamente siempre habrá víctimas, y la atención hacia ellas es muy importante. La función del psicólogo forense, como ya habréis intuido, es la de atender, tratar y realizar un seguimiento a las víctimas de malos tratos, abusos sexuales, etc. en sus diferentes grados. Hay que asegurar una adecuada atención y una dotación de recursos personales para garantizar la prevención de nuevas situaciones de revictimización.


Cómo podéis ver, la psicología jurídica lleva a cabo múltiples funciones. ¿En qué áreas? ¡No os perdáis mi próximo artículo y así sabréis cómo podemos ayudaros!

viernes, 16 de febrero de 2018

Eres tú el príncipe azul que yo soñé...


Mucha película Disney, y mucho romanticismo, pero siento deciros que el tema no funciona así. Aunque eso implique tocar con los pies en la tierra y eliminar de un plumazo todas las aventuras románticas y apasionadas de los príncipes azules y sus amadas princesas de cuando éramos pequeños, sabemos que el hecho de enamorarnos no es más que una consecución de procesos químicos que se desarrolla en nuestro cerebro por culpa de unas hormonas que actúan como neurotransmisores, llamadas  endorfinas (en concreto la norepinefrina, la dopamina y la feniletilamina). Así, el proceso del enamoramiento es el siguiente: 



1.- Para empezar, el susodicho en cuestión nos parece atractivo en concordancia con los cánones de belleza que nosotros mismos nos hemos creado y "es" lo que nos gusta. Pues bien, desmontando el mito del amor romántico, en este momento, nuestro cuerpecito (y según la teoría de la evolución de Darwin), lo único que está haciendo es responder de forma positiva a aquel que evolutivamente nos dará más oportunidades de procreación, que es al fin y al cabo el fin último de la unión hombre - mujer.


"Amor es lo que te hace sonreír cuando estás cansado" (Terri, 4 años).




2.- En este punto ya vamos chutados de endorfinas hasta las cejas, hasta el punto de atribuirle a la pareja "cualidades extraordinarias" de las que muy probablemente (no seguro) carece, o que simplemente no son tan extraordinarias. Esto según la evolución nos confirma que hemos escogido de forma adecuada, y ya de paso, que estamos locamente enamorados de esa persona.


3.- La tercera y cuarta fase son las correspondientes a la creación del vínculo emocional y sexual, donde nos descubrimos los unos a los otros y donde todo es nuevo, bonito y fascinante. Aquí se produce una importante segregación de feniletilamina, sobre todo durante la práctica de actividades sexuales (la cual se genera también con la ingesta de chocolate, de ahí que se considere un sustituto parcial del sexo), que no hace más que aumentar el convencimiento de que ese amor existe y de que es para siempre.






"Cuando a mi abuelita le dio artritis, ella no podía agacharse a pintarse las uñas de los pies, entonces mi abuelito se las pinta siempre, aunque él también tiene artritis en las manos. Eso es amor." (Rebecca, 8 años).



Y ahora que seguro que he desmotivado a todos los románticos empedernidos, voy a volveros a motivar. Para empezar deciros que yo me considero una de vuestro club, y una enamorada de la idea del amor. El hecho de que este sea (muy a grandes rasgos) el proceso del amor, no quiere decir que ese amor no exista, que esos sentimientos no sean ciertos y que esa persona no sea la que realmente te va a hacer feliz por el resto de tu vida. Todo esto solo quiere decir que los sentimientos se producen en el cerebro y no en el corazón. Que el cerebro, a parte de ser el órgano racional por excelencia, también es el órgano más visceral que tenemos, donde se genera todo lo que hacemos, pensamos y sentimos, de una forma muy real.



Sino que se lo digan al chico de este vídeo. El amor existe, es real y maravilloso. Y bajo mi punto de vista así debería ser. Valiente, tenaz, capaz, inteligente y arriesgado. Pero a la vez dulce, apasionado, inocente y espontáneo. Debe ser capaz de llevarte a hacer grandes locuras, de intentar lo inimaginable y de sorprenderte día a día, a la vez que sosegarte y calmarte, dándote una paz y una tranquilidad propias de un hogar. Puede que sea una empresa muy ambiciosa, pero cuando se ha conseguido y sabes que es posible y cierto, es imposible apuntar más abajo.




"Amor es cuando mi mamá le hace café a mi papá pero antes se toma un sorbo ella para asegurarse de que está rico." (Danny, 7 años).


Espero que disfrutéis del vídeo y del amor!!


https://www.youtube.com/watch?v=ecEIfR9uwro






miércoles, 17 de enero de 2018

De cómo ir a la guerra y salir relativamente victorioso


Todo proceso judicial es como un examen. Salvo por un pequeño matiz. En un examen tienes segundas y terceras oportunidades. Pero a raíz de una sentencia judicial, nuestra vida puede cambiar drásticamente.
Por mi profesión tengo que acudir reiteradamente al juzgado. En todas esas ocasiones siempre he podido observar lo mismo. Personas en el pasillo esperando a que llegara la hora de entrar en sala para que terceras personas, teóricamente más instruidas en la materia, decidan sobre su vida. Personas intentando controlar su estado anímico con conversaciones banales y risas forzadas mientras alguno de sus acompañantes intenta frustradamente hacerles reír. Personas fingiendo que todo va bien mientras están aterradas por lo que pueda pasar una vez se inicie el juicio. Personas que, incluso semanas antes de la vista, te llaman o vienen a verte para que les des un poco de alivio, únicamente porque desean saber, porque van a ciegas.
Pintura: El juicio de Paris (Peter Paul Rubens)
Da igual en la parte en la que estés. Si formas parte de la defensa o de la acusación. Siempre se teme el resultado. Y siempre se temen a esas personas que te analizan desde sus asientos, con sus togas negras, mientras tú estás de pie frente a ellos intentando que no te tiemble la voz mientras contestas a sus preguntas.
La despersonalización es de igual forma una tónica en muchas salas de los juzgados. No hablo de su Señoría, letrados o peritos. Ellos tienen cargo, nombres y apellidos. Me refiero a las partes implicadas, a las personas sobre las cuales se deben tomar decisiones sin que su opinión y su discurso importen para mucho. En ocasiones es escuchado, pero en otras hay decisiones tomadas de antemano sin que importen las consecuencias, solo por simple comodidad, estereotipo o cliché. Aquí eres un caso más. Eres un expediente que archivar en la mayor brevedad posible para que no aumente la saturación de la sala. Aún más si cabe. Desgraciadamente, de estos hay algunos.
Todas estas cuestiones, con las que muchos seguramente os sentiréis identificados, son las que hacen que ir al juzgado sea como ir a la guerra. Una batalla que luchar pero de la que nunca sabes el resultado de antemano. Aumentará tu ansiedad, te costará dormir los días previos… puedo contar muchas posibles consecuencias de tener que pasar por un proceso así. No tengo fórmulas mágicas. Qué más quisiera. Pero si puedo dejaros algunos pautas por si tenéis que acudir a un juicio como parte implicada:
 Pintura: El juicio de Salomón (Luca Giordano)
  1. Haz algo que te entretenga la tarde anterior al día del juicio. Intenta pensar en otra cosa. El trabajo ya está hecho. Ahora relájate como mejor te guste y con quien te apetezca. Si hay algún momento en el que puedas reír a carcajadas, mejor. Verás cómo saldrás ganando.
  2. Cánsate el día anterior. Tómate una infusión relajante antes de ir a dormir. Hazlo como quieras (mejor abstenerse de tomar pastillitas), pero duerme. Necesitas ir descansado y con la mente clara.
  3. Nunca vayas solo. Aunque vayas con testigos, abogado, etc., en ocasiones puedes sentirte solo ya que todos estáis nerviosos por lo mismo y nadie puede ayudar. Ir con una persona externa a todo el proceso puede suponer algunos beneficios para los momentos de espera y posteriores.
  4. Sabiendo que puede pasar cualquier cosa, llévate el juicio preparado con tu abogado. Ten claro lo que te van a preguntar y cómo, y no te salgas del guión pactado a no ser que sea estrictamente necesario.
  5. No respondas precipitadamente. Medita tus respuestas. Aunque tampoco estés una hora pensando como si quisieras escribir la segunda parte de “El Quijote”.
  6. No te enrolles en las respuestas. Contesta única y exclusivamente a lo que te han preguntado sin subirte por las ramas.
  7. No te preocupes si la respuesta es un simple “sí” o “no”. Si realmente es lo único que puedes responder, no te amargues por no dar más información. Recuerda que la información es poder, y que dar de más no siempre puede beneficiarte.
  8. Piensa que por mucho que lleven toga, etc., etc., son personas. Es cierto que pueden decidir por ti, y eso impresiona, pero son simples seres humanos que van al baño igual que tú. Sino imagínatelos como esqueletitos… verás cómo lo ves de otro modo.
  9. Cuando salgas, haya pasado lo que haya pasado en sala, ves a hacer algo que te distraiga con esa persona externa al proceso judicial.
Ya sé que a pesar de que se haga todo esto la ansiedad no desparecerá por completo. No es la panacea. Pero la suerte está echada, y cualquiera puede ser el resultado. Ya llegará con la sentencia. Mientras tanto… ¡¡no te olvides de vivir!!